Si existe un sub género cinematográfico por el que sienta una pasión rayando en lo obsesivo ese es sin duda el kaiju-eiga, el cine de monstrous gigantes japoneses, nacido a raiz del éxito de la ciencia ficción americana y con Godzilla como icono máximo tuvo su momento de máxima popularidad en la década de los 60, la razón por la que unos films cuyos argumentos alocados y sin sentido sobre monstruos gigantes destruyendo maquetas de ciudades de Japón y luchando entre sí han generado tanto éxito no solo en su país de origen sinó en buena parte del mundo es un misterio.
El director insignia de este género fue el gran Ishiro Honda, el Kurosawa de la ciencia ficción japonesa y un director que se tendría que tener más en cuenta. Creador del personaje de Godzilla, responsable de la mayoría de sus películas clásicas y de un buen puñado de films muy recomendables que seguían la misma temática.
El film que nos ocupa se trata de uno de los proyectos más interesantes del director, la historia arranca con el descubrimiento por parte de los nazis del corazón inmortal de Frankenstein el cual lo envían a Japón con tanta mala suerte que ese mismo día es el bombardeo de Hiroshima y la ciudad desaparece por las bombas atómicas, pero entre los escombros un niño devora el corazón ahora radiactivo de Frankenstein el cual lo convertirá en un gigante que sembrará el caos en el futuro.
Uno de los puntos fuertes es sin duda el desarrollo del argumento, totalmente de comic y muy atrayente, ese inicio en Hiroshima es genial, dirigido con gran pulso y con una sobrecogedora escena de la explosión de la bomba atómica sobre la ciudad.
El Frankenstein protagoniza grandes momentos en el apartado técnico si nos olvidamos de detalles definitivamente Z como el hecho de que el niño crezca pero como es posible que su ropa crezca con el...La primera hora del film está narrada de forma ejemplar y con un despliegue de efectos especiales muy dignos para la época y superiores incluso a los de la saga Godzilla, es a partir de entonces cuando el film pega un leve bajón con la aparición con calzador del monstruo gigante de turno, en este caso Baragon, una lagartija cuadrúpeda comepersonas con un cuerno en el hocico que lanza rayos destructivos y que protagonizará una gran batalla final contra Frankenstein en los bosques del Monte Fuji, otro de los magníficos momentos del film, ese final trágico con el citado volcán entrando en erupción mientras los dos monstruos luchan entre sí.
En resumen, nos encontramos con un ejemplo de ciencia ficción muy divertido y recomendable y aunque no sea uno de los trabajos más gloriosos de Ishiro Honda se aguanta bien, tiene momentos fantásticos y nos demuestra que no solo hay Godzilla en la ciencia ficción japonesa.
Aqui podeis ver el trailer y seguido la mítica escena de Frankenstein enfrentandose a un pulpo gigante, escena eliminada que no se incluyó en el montaje final
Nota: 8/10
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